El mercado
Santo Domingo es un sitio lleno de vida. No solo por los productos de comida cuales
puedes encontrar que alimentan el vigor humano, pero por los individuos llenos
de movimiento y energía que trasladan por los espacios de un edificio antiguo. Habituado
en el Casco Viejo de Pamplona, Navarra, este mercado es considerablemente pequeño.
El olor de pescado y tierra llena el aire, y las pieles de las frutas con colores
vividos bailan en las entrañas de los puestos. Con una hora de estar sentado en
una banca, puedes enterarte de secretos de la cocina, el chisme de la vecina y algunos
idiomas del extranjero. En verdad, el mercado es un sitio de ambiente tanto como
un lugar de compra y aprendizaje.
Mientras caminaba por los corredores del mercado me recordé de la siguiente poema de Bernardo Arzate.
Mientras caminaba por los corredores del mercado me recordé de la siguiente poema de Bernardo Arzate.
La gente camina embelesada,
mirando productos en las mesas;
hay tanta información en las cabezas,
que muchos terminan no comprando nada.
más,el simple hecho de pasear por el mercado,
relaja al comprador y al visitante;
algunos deciden por pescado,
¡otros prefieren un calmante!.
Se ve el chapotear de las sandalias,
el colgar de las bolsas en la mano;
algunos van y compran dalias,
otros un árbol de manzano.
Los manteados se extienden ampliamente,
para dar protección del sol o lluvia,
algunos atraen así a la gente:
"¡Compre mis productos linda rubia!".
Es una fiesta ir a los mercados,
con gente humilde y llena de alborozo;
algunos prefieren el pescado,
otras prefieren un rebozo.
Cuando de nuevo vayas al mercado,
disfruta una cultura aun conservada,
donde mas de uno se ha esmerado,
en darte una sonrisa,aunque no compres nada.
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